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Pi, la distancia entre la Tierra y el sol y otras constantes matemáticas fueron la base que utilizó Google para calcular cuánto ofrecer por una serie de patentes de tecnología de comunicación inalámbrica.
Lo hizo en el marco de una subasta de unas 6.000 patentes que pertenecían a la firma de telecomunicaciones Nortel, declarada en bancarrota.