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En pocas palabras: *No*. Somos criaturas de sangre caliente con el termostato regulado a 37º y comer algo frío no nos hará cambiar. Cuando se derrite en la boca un cubito de hielo de unos 2,5 cm y -18º C, se absorben sólo 1,3 calorías de calor. Así que el bocado de helado reduciría la temperatura corporal de una persona de 70 kilos en 0,004º C. Sería mucho más efectivo embadurnarnos de helado que comérnoslo.