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Un hombre de 25 años que ni estudia ni trabaja y que pretendía que sus padres, a los que había llegado a agredir física y verbalmente, siguieran manteniéndolo, deberá abandonar el domicilio familiar en el plazo de un mes por orden de un juez de Málaga. El hombre había demandado a sus progenitores después de que estos se negaran a pagar su manutención como consecuencia del deterioro de las relaciones entre ellos. Hasta la interposición de la demanda, los padres siempre habían atendido con diligencia las necesidades de su hijo, e incluso pagaban las letras mensuales del coche que le habían comprado.