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En lo que ha sido publicitado como el más grande estudio sobre sexo desde la publicación del Reporte Kinsey, un científico llamado Ogi Ogas ha descubierto que cuando se trata de preferencias sexuales, todos somos un poquito más “pervertidos” de lo que nos gustaría admitir. Bajo la teoría que la gente no le miente a Google (nadie busca en estos temas cosas que no le llamen la atención) Ogas analizó los miles de millones de búsquedas relacionadas al sexo en todo el mundo y lo que resultó fue lo que él llama “una mirada completa y exhaustiva de nuestra identidad sexual”.