``` `
Es una felicidad difícil de describir, dice el doctor Horacio Vogelfang. Está sentado en un barcito de Vicente López, tomando un cortado. No se destacaría del resto de los mortales si uno no conociera su historia. Cuenta cómo son sus días y sus noches con sencillez y como quien describe apenas un oficio mecánico. Escucharlo provoca ternura. Mientras el mundo y los hombres se distraen con sus banalidades, él simplemente regala vida.
...