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A Martín, sacar en una mochila un paquete de desodorantes con un precio de 105 pesos sin pasar por la caja del supermercado, le costó una condena de seis meses de cárcel y una multa de 4 mil pesos. Mientras que a Édgar, el robo de un shampoo y un acondicionador de 133 pesos, le supuso el bochorno de ser detenido por la policía, una condena de tres años y una multa de 13 mil 500 pesos.
Tras 24 días en la cárcel, sale libre joven acusado de robarle 21 pesos a Soriana
Estos casos, expuestos en la web de la compañía de seguridad Alto México, son ejemplos reales de la ‘política de mano de hierro’ que emplean en México las cadenas de supermercados y tiendas de autoservicio, mismas que están dispuestas a llevar a la cárcel a quien hurte en sus tiendas, sin importar si quien robó lo hizo por hambre o por delinquir, o si el monto de lo sustraído pueda parecer ridículo.