5
El teorema del mono infinito (enunciado por el matemático Emile Borel) dicta que TODAS las letras de la obra deben escribirse en el orden correcto, de principio a fin, para que compute como escrito por los monos. Eso quiere decir que, si después de años de prueba-error, los simios lograran escribir "dichoso el árbol, que es apenas sensitivo y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dólar…" este intento quedaría descalificado, porque el poema original de Rubén Darío dice "dolor" y no "dólar". Vuelta a empezar, monitos.