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A sus 28 años de edad, Melisa Ornelas es una víctima más del Covid-19, no porque haya sido contagiada, sino porque en cuatro meses perdió el trabajo, su departamento y a su hermana, con quien vivía, la cual también fue despedida y optó por irse a Cancún a buscar oportunidades. Así, la pandemia acabó con sus sueños de independizarse. Hoy, Mel, como gusta le llamen, vive con un roomie, quien la apoya con la renta y demás gastos, mientras encuentra trabajo.
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