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Los desechos tóxicos de la contaminación del tráfico pueden, literalmente, llegar al cerebro, así lo confirma la evidencia presentada en un estudio realizado en muestras de tejido cerebral, de personas que habían vivido y muerto en la Ciudad de México.
Para el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), los científicos analizaron muestras de tejido cerebral de 37 personas: 29 de ellas, de entre 3 y 85 años, que habían vivido y muerto en la Ciudad de México, una zona notoriamente contaminada.
Los investigadores de la Universidad de Lancaster, Inglaterra, descubrieron que pequeñas partículas de metal que se desprenden de los gases de escape de la combustión pueden introducirse por la nariz y viajar hasta el cerebro humano.