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El Reino Unido está al borde de una crisis inmobiliaria nunca antes vista, donde incluso las personas que menos se lo esperan están perdiendo sus hogares. Kevin Browne es un banquero de inversión. Se trasladó a Estados Unidos y dirigió su propia empresa hasta la crisis de 2008. Entonces la compañía quebró y su matrimonio se vino abajo. Con el tiempo perdió su casa y regresó a Reino Unido en un vuelo pagado por una obra de caridad.