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El Reader de Adobe no sufre de tantas vulnerabilidades como Flash, pero una de sus mayores molestias siempre han venido de la mano del software adicional que intenta instalar en nuestro ordenador cuando lo descargamos. Ahora parece que no es solo la maldición de McAfee, sino que el programa va tan lejos como a instalar una extensión para Chrome sin pedir ningún tipo de permisos ni ofrecer aviso alguno, y además tomándose muchas libertades sobre los datos a los que puede acceder.