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…y secuestrada, torturada, vejada, humillada y… Hay historias que marcan a un país y lo avergüenzan eternamente. La que sigue es el recuerdo, probablemente, del peor cautiverio adolescente de la historia. Junko Furuta, una colegiala japonesa de la prefectura de Saitama, padeció la peor retahíla de vejaciones inimaginables durante su extraño secuestro, fruto del torticero ingenio de cuatro efebos japoneses enfermos y empapados de execrable sadismo. El diario del juicio es un compendio de barbarie que sorprendería al mismísimo Goebbles.